La visión europocéntrica del mundo sigue operando cuando se
habla de “descubrimiento” de América a pesar de que cuando los
conquistadores españoles al mando de Cristóbal Colón llegaron a estas
tierras el 12 de octubre de 1492 América estaba poblada por
civilizaciones muy desarrolladas.
"Descubrimiento" de América, una mentira de la historia oficial
Una de las fechas más significativas durante el reinado de los Reyes
Católicos fue la del 12 de octubre de 1492: el día en que Colón llegó a
América, curiosamente el mismo año en que por orden de los reyes todos
los judíos y árabes que no aceptaran convertirse al catolicismo debían
abandonar el país.
El hecho de que Colón (que no era español de origen) acudiera a una
corte extranjera para ofrecer sus servicios prueba que el descubrimiento
de América no fue en modo alguno accidental.
Portugal y Castilla estaban muy avanzados en la exploración de rutas
mercantiles marítimas y Sevilla, una rica y populosa ciudad española era
por entonces un importante centro comercial.
Las rutas africanas permanecían cerradas para Castilla en favor de
Portugal. En 1479, por el tratado de Alcaçova, Alfonso V de Portugal
renunció a sus aspiraciones sobre Castilla y reconoció los derechos de
Castilla en las islas Canarias, mientras que Castilla reconocía los
derechos de Portugal en las Azores, Cabo Verde y Madeira.
Las islas Canarias eran una puerta excelente hacia rutas
alternativas. Esto es lo que Cristóbal Colón ofreció, y lo hizo a un
estado que precisaba de ellas, y que estaba también acostumbrado y
preparado para este tipo de empresa.
La España unificada poseía en 1492 tras la expulsión de moros y
judíos poseía una poderosa maquinaria de guerra, una sólida economía,
proyección exterior, experiencia naval que incluía la exploración de
rutas mercantiles y un notable potencial cientifico-tecnológico:
matemáticos, geógrafos, astrónomos y constructores navales, que habían
sido formados en una mezcla de tres culturas (judíos, musulmanes y
cristianos).
Foto: http://www.pueblos-originarios.com.ar/articulo51.php
12 de octubre: "nada para festejar", dicen los pueblos originarios.
Su único rival era la vecina Portugal que, como ya sabemos, había puesto punto final a la expansión española en Africa.
La oferta de Colón fue rápidamente aceptada a pesar de sus conocidos
errores. Pero durante su viaje a Asia sus carabelas, inesperadamente,
tropezaron con el continente americano.
Los españoles estaban especialmente bien preparados por su historia
para conquistar, ocupar, poblar y explotar nuevas tierras y asimilar
nueva gente.
América, entonces, se convirtió en la nueva tierra prometida para
aquella gente acostumbrada a la aventura y con las armas militares,
diplomáticas y administrativas a su disposición para afrontar el reto. A
mediados del siglo XVI, se habían establecido en dos de los virreinatos
más importantes, Méjico en el Atlántico y Perú en el Pacífico.
¿Descubrimiento?
Que Américo Vespucci, a quien se debe el nombre de nuestro continente,
sólo exploró lo que otros habían descubierto y que Cristóbal Colón no es
el descubridor de América, son algunas de las conclusiones obtenidas
por los historiadores que, sin embargo, no logran derribar el relato
oficial que aprendimos en la escuela.
El 12 de octubre de 1492 Colón llegó a una de las islas Bahamas que
él creyó cercana a Cipango, el Japón. Toda su vida permaneció en ese
error. Desde el comienzo de la expedición su intención fue llegar al
extremo oriental de Asia abriendo una nueva ruta para el comercio desde
Europa y hasta el día de su muerte, estuvo convencido de haber
desembarcado en el continente asiático.
Sin embargo, el avance de los conocimientos geográficos junto a una
serie de circunstancias históricas e interpretaciones más o menos
interesadas, condujeron a la atribución a Colón del descubrimiento de
América, adjudicándole, además, la intención de encontrar este nuevo
continente.
La idea, inicialmente, se habría gestado en un mito: la “leyenda del
piloto anónimo”, del cual da cuenta en sus testimonios el padre
Bartolomé de las Casas. Este señala que el motivo que determinó a Colón
para hacer la travesía, fue el deseo de mostrar la existencia de unas
tierras desconocidas de las que tenía noticia por el aviso que le dio un
piloto cuya nave había sido arrojada a sus playas por una tempestad.
En este mito se concibe, por primera vez, el viaje de 1942 como una
“empresa de descubrimiento” y su función es ocultar el “objetivo
asiático” de la travesía
Resuelto este asunto, aún queda por justificar por qué él, y no el
llamado piloto anónimo, pasa a la historia como “el descubridor”. Es su
hijo, el bibliófilo y humanista Fernando Colón, quien, en la biografía
de su padre “Vida del almirante” se encarga de negar la existencia del
misterioso piloto y establecer que nadie antes que Colón supo de las
tierras que éste halló en 1492 y que es falso que alguien le haya dado
noticias de ellas.
El viaje de su padre, sería, en su versión, motivado por su propia
hipótesis de que podía existir este continente, inferencia a la que
habría llegado gracias a su gran talento, erudición y conocimientos
científicos. Ante el hecho de que el continente haya recibido el nombre
de “Indias”, el hijo argumenta que esto no se debió a que su padre
creyera que había llegado a Asia, sino a una estrategia para convencer a
los reyes de España de patrocinar su empresa.
En América, el continente “descubierto “sólo porque era ignorado en
Europa, había civilizaciones muy avanzadas, como la azteca y la inca En
el siglo XVI, los exploradores españoles de América encontraron grandes
civilizaciones.
Una en Mesoamérica, el territorio controlado por los Aztecas y los
Mayas en la época de la conquista; y otra en América del sur, el
territorio de la región andina central, bajo dominio Inca.
Los pobladores de estas regiones formaban un mosaico de tribus y
naciones, entre cuyos logros se contaban obras maestras de arte,
ciudades espectaculares y un singular enfoque de la vida.
La fuerte base de la organización económica, política y social,
típica de cada uno de estos imperios, se cimentaba en anteriores
culturas americanas.
Cuando los Europeos llegaron a estas tierras a partir de 1492,
encontraron numerosas comunidades aborígenes que tenían distintos
niveles de desarrollo cultural. Muy pocos eran nómadas que vivían de la
pesca y de la recolección.
Otras comunidades más numerosas eran seminómadas y habían iniciado la
práctica de la agricultura, la artesanía, etc. y completaban su
alimentación con la caza y la recolección.
Podemos resumir que para el momento en que llegaron los Europeos a
América, en nuestro continente se habían desarrollado ya grandes
civilizaciones indígenas.
Cuando se encontraron por vez primera, Cortés saludó a Moctezuma con una
reverencia y Moctezuma le entregó espléndidos regalos de oro, piedras
preciosas como el jade y objetos de plumas. Cortés iba a caballo y
Moctezuma en una litera. Los soldados españoles llevaban armaduras de
acero, mientras que los aztecas llevaban sencillos mantos en algodón.
Los conquistadores iniciaron la búsqueda de riquezas. Si encontraban resistencia en los nativos, los conquistadores los mataban.
Entre las culturas autóctonas del territorio americano, la inca fue
la que conquistó más territorios, y los que menos área tienen son los
mayas. Pero hay que tomar en cuenta que el tamaño del territorio no
tiene que ver con el desarrollo cultural de cada una de las
civilizaciones. Sin embargo, se decía que mientras más tierra más poder,
y en eso no estaban tan errados.
De las características climáticas de la región dependía el desarrollo
de los estilos arquitectónicos, el tipo de vestimenta, los alimentos,
los animales, las formas de sembrar, etc.
El imperio azteca con su ciudad situada en Tenochtitlán, se extendía
entre las costas del Pacífico y del Atlántico de Mesoamérica, mientras
que el reino Maya ocupaba la parte oriental de Mesoamérica. El imperio
Inca se extendía a 4.000 kilómetros a lo largo de la costa occidental de
América del Sur.
Fuente: AIM digital